27 noviembre 2021
El Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA publicaba, a principios de este mes de octubre, su informe “2021 EduFin Position Paper”, donde ilustraba la actual situación de la educación financiera a nivel mundial tras la crisis derivada de la COVID-19.
El pasado 4 de octubre, el Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA publicaba su informe “2021 EduFin Position Paper”, donde refleja la posición de la educación financiera a nivel mundial tras la actual crisis derivada de la COVID-19.
El Estudio nace de un proceso de reflexión y debate realizado por el centro que, a raíz de la irrupción de la crisis del COVID-19, se planteó cómo podía contribuir la educación financiera a una recuperación sostenible e inclusiva.
A partir de esta piedra angular, el centro ha elaborado un documento para establecer su posición sobre el estado actual de la educación financiera y su papel en el mundo post-COVID. Para su elaboración, se ha basado en estudios y entrevistas con reputados expertos internacionales en la materia.
El informe concluye que la inclusión y educación financiera, la digitalización, el desarrollo sostenible, la cooperación entre los actores implicados y la mejora de la salud financiera, son los principales retos en materia de educación financiera.
Te presentamos a continuación algunas de las principales conclusiones del documento, incluyendo recomendaciones relacionadas.
La inclusión y educación financiera son clave para una recuperación sostenible
La llegada de la COVID-19 ha provocado que haya aumentado exponencialmente la vulnerabilidad social y económica. Por ello, la educación financiera se considera una herramienta útil para una recuperación positiva. Esta puede ayudar a adquirir los conocimientos necesarios sobre el uso de recursos y servicios financieros, cumplir con sus obligaciones financieras y reducir los efectos del impacto económico.
Recomendaciones:
Crear estrategias nacionales de inclusión que enfaticen la importancia de la educación financiera.
Desarrollar intervenciones específicas para grupos vulnerables a través de estrategias específicas de educación financiera, programas, productos financieros de fácil uso y asesoramiento gratuito y abierto para saber utilizar productos y servicios financieros.
Integrar los resultados del comportamiento económico en el diseño de productos para promover un cambio de conducta mediante metodologías con un enfoque práctico del aprendizaje, productos personalizados y consejos en momentos clave.
Promover la investigación empírica para medir su impacto.
Profundizar en los modelos de colaboración y aprovechar el desarrollo de las tecnologías, el uso de metodologías empíricas y las ciencias del comportamiento.
La adquisición de tecnología y la digitalización de las finanzas se han disparado
Uno de los cambios más significativos para la sociedad desde el comienzo de la pandemia ha sido la digitalización en todos los ámbitos. Por esta razón es importante que la educación financiera digital mejore y cualquier grupo de la población pueda acceder a productos y servicios financieros, reduciendo de esta forma la brecha digital.
Recomendaciones:
Diseñar y aplicar estrategias nacionales de educación financiera que fomenten la colaboración entre stakeholders, promuevan la creación de soluciones para garantizar el acceso a los servicios financieros básicos y desarrollar programas de educación financiera digital para lograr una equidad.
Crear marcos de competencia que contengan conjuntos de habilidades financieras digitales y desarrollar estándares para medir y evaluar el impacto de la educación financiera digital.
Profundizar en la colaboración entre los proveedores de servicios financieros tradicionales y las empresas Fintech comprometidas con la inclusión.
Desarrollar modelos de incentivos en el sector de las finanzas para hacer más accesibles los servicios financieros.
Promover la investigación empírica para medir el impacto de la educación financiera digital en el bienestar de las personas.
La salud financiera cobra especial importancia en la población
La ciudadanía se muestra especialmente preocupada por su situación económica. La salud financiera puede afectar a la salud física y al bienestar social, por eso, una mejora en la educación a través del conocimiento y el desarrollo de capacidades financieras serviría para fomentar el crecimiento económico inclusivo.
Una de las preguntas que se realizó en el estudio fue valorar esta afirmación: «Una razonable educación financiera es un elemento básico que determina una buena salud financiera», con la que casi el 66% de los participantes estuvo totalmente de acuerdo.
Recomendaciones:
Crear marcos de competencia financiera que tengan como objetivo mejorar la salud financiera de los clientes y su capacidad de recuperación.
Desarrollar políticas con medidas estructurales que fomenten, promuevan e incentiven la importancia del ahorro.
Establecer modelos para medir la salud financiera de la sociedad como indicador de la estabilidad social y económica.
Diseñar soluciones financieras y no financieras que mejoren la situación de los clientes y medir su impacto.
Compartir las mejores prácticas de educación financiera digital para ayudar a mejorar la salud individual.
Hay una oportunidad de impulsar el desarrollo sostenible
A pesar de que la COVID-19 ha traído consigo una crisis global, también se puede ver como una oportunidad para tomar conciencia y considerar el desarrollo sostenible desde otra perspectiva. Es importante dotar a la población de conocimientos sobre sostenibilidad para integrarlos así en las decisiones financieras y que sirva de cara al futuro. Para ello, la educación financiera es imprescindible.
Recomendaciones:
Crear marcos de competencias financieras que incluyan habilidades relacionadas con el fomento de las finanzas sostenibles.
Fomentar la digitalización de las finanzas, incluyendo las habilidades de educación financiera que ayuden a maximizar su impacto.
Promover la formación y las competencias de los asesores de finanzas sostenibles para ayudar a mejorar sus conocimientos técnicos.
Compartir la investigación, los conocimientos y las mejores prácticas en materia de finanzas sostenibles. Gracias a esto aumentaría la concienciación y ayudaría tanto a clientes como a pequeños inversores a integrar la sostenibilidad en sus decisiones financieras personales.
La cooperación de todos es fundamental para obtener resultados
Un crecimiento inclusivo y una recuperación sostenible solo se puede lograr a través de la digitalización, la inclusión y la educación financiera. Sin embargo, es necesario que haya una cooperación de todos los stakeholders para que pueda llevarse a cabo con éxito. Esto debe abordarse de manera urgente mediante el desarrollo de políticas que aumenten la resiliencia de forma estructural.
Recomendaciones:
Establecer una política global que se base en un modelo de colaboración público-privado y que incluya la colaboración de los stakeholders privados, como por ejemplo educadores, proveedores de servicios financieros y Fintech, organizaciones sociales y medios de comunicación.
Comprometerse a unirse a un marco supranacional de competencias financieras.
Liderar los esfuerzos de colaboración y promover la conexión entre stakeholders mediante reuniones.
Establecer estructuras para garantizar y coordinar el cumplimiento de compromisos.
Crear una norma nacional para las finanzas personales y compartir investigaciones, conocimientos y mejores prácticas sobre finanzas personales.
Implicar a la ciudadanía a través de sus redes sociales y centrarse en sus mejores prácticas.
Finalmente, en la encuesta que formó parte del estudio, se incluyó una pregunta abierta sobre los temas a incluir en los próximos cinco años. Los participantes consideran como los principales retos por abordar la educación financiera digital, la educación financiera en la escuela y la protección del consumidor.
METODOLOGÍA
Este informe se ha elaborado en base a consultas de otros estudios y documentación relacionada, así como a través de entrevistas a expertos del Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA.
Del mismo modo, se realizaron dos encuestas, en inglés y en español, con 34 preguntas distribuidas en siete secciones: datos sociodemográficos, educación financiera, digitalización, salud financiera, intervención de modelos, desigualdad y efectos de la COVID-19.
Si no los conoces, el Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA nació en 2017 con el objetivo de promover la educación financiera como palanca para mejorar la salud financiera de las personas y acceder a mejores oportunidades.
Los estudios realizados por el centro ratifican la educación financiera como una de las palancas fundamentales en la Política de Responsabilidad Social Corporativa de BBVA con más de 91 millones de euros invertidos en programas que han alcanzado a más de 29 millones de personas desde 2008.
La publicación de ‘2021 EduFin Position Paper’ supone un nuevo hito en la trayectoria del centro y un refuerzo en su misión de promover la educación y capacidades financieras en todo el mundo para crear una sociedad más sostenible e inclusiva.