1 abril 2020
A principios de este año Elena Valderrábano, presidenta de DIRSE, habló con CompromisoRSE acerca de la evolución y los retos de la responsabilidad social en el ámbito empresarial y más concretamente de la función dirse.
Durante la entrevista, la presidenta de DIRSE destaca que el principal reto de la función dirse es “posicionarse como una figura relevante dentro de los esquemas organizacionales de las empresas”. En esta línea señala que, durante la última declaración de la Business Roundtable, se anunció la importancia de redefinir el propósito de las compañías, incluyendo en esta ecuación a todos los stakeholders, una tarea en la que el dirse tiene mucho que decir. De este modo, hemos pasado de pensar en el dirse como una figura “biodegradable” a finales de los 90, a una figura permanente y transversal en la actualidad que mantiene ese punto de contacto con los grupos de interés de la compañía. Defiende también, que el dirse es “un evangelizador y un creyente, y quienes creemos en estas cosas somos luchadores y combativos porque lo que logras, al final, te llena”.
En lo relativo a las últimas normativas y directrices, Elena valora, tras más de un año de la entrada en vigor de la Ley de Información no Financiera y Diversidad, que es una Ley bienvenida por cualquier dirse al ser obligatoria y reforzar su figura, pero existe un gran hándicap que es la gran confusión en su legislación. Elena sostiene que regula en exceso aspectos que no se deberían regular, no establece los parámetros y criterios con claridad, no hay comparabilidad… Por su parte, los ODS constituyen un marco orientativo, pero, en opinión de Elena, son demasiado genéricos. Muchas empresas dicen que contribuyen a los ODS y, sin embargo, estas no han cambiado su forma de actuar, sino que han identificado aquellos ODS que mejor encajan en su actividad.
También hubo tiempo para hablar sobre la feminización de la función dirse, dato que se desgrana del “II Estudio de la función dirse en la empresa española”. En este sentido, Elena sostiene que nos enfrentamos a un tema cultural que ha generado que tradicionalmente hubiera determinadas profesiones con más mujeres que hombres, y viceversa. Mantiene, asimismo, que en la actualidad siguen existiendo muchos sesgos culturales que se llevan arrastrando en el largo plazo y que dificultarán que la diversidad se normalice en el seno de las organizaciones. Del mismo modo se hace necesaria una transformación cultural, que todavía no ha sucedido, para lograr la igualdad salarial.
Refiriéndonos esta vez al Código de buen gobierno de las sociedades cotizadas de la CNMV, vemos que la RSC es materia indelegable del consejo de administración, sin embargo, pese a que los dirses reportan a los consejos, pocas veces forman parte del comité de dirección. A este respecto, Elena defiende que se trata de algo que hay que construir paulatinamente. Sugiere como ejemplo, los casos de nuevas empresas que surgen teniendo los aspectos de la RSC integrados en su core business.
En cuanto a la formación en materia de RSC, nuestra presidenta hace alusión a la nueva edición de Mentor Dirse 2020 ya que un dirse “tiene que formarse y adquirir nuevos conocimientos porque la RSC debe estar bien integrada en la compañía y para ello tiene que hablar el mismo lenguaje del negocio y dejar de ser la parte soft”. De este modo, la profesionalización de la función pasa por adquirir nuevos conocimientos, bien sean más generalistas de manera que le permitan situarse en una posición estratégica para controlar los aspectos no financieros de la compañía y tener una mayor solidez; o bien conocimientos más concretos que le permitan convertirse en un especialista en acción social, medio ambiente, comunicación, consultor, etc.
En sus años en DIRSE, Elena ha formado parte de tres juntas distintas y, a lo largo de todo este tiempo, la Asociación ha evolucionado mucho. El mayor reto de la actual junta es dar el mayor aporte de valor al socio con los recursos de los que dispone la asociación y ello pasa por la búsqueda de alianzas con otras asociaciones:“la sostenibilidad de las asociaciones viene por dos vías: mantener la esencia del para qué está ahí, pero que seas capaz de adaptarte a la evolución de la propia sociedad y de lo que te piden tus socios”.
Puedes leer la entrevista al completo aquí: