8 de abril de 2020
Con su presentación el pasado 4 de marzo, el Parlamento y el Consejo Europeo han iniciado el proceso de tramitación comunitaria de una propuesta de Ley del Clima, cuyo objetivo es lograr la neutralidad climática para el 2050.
Esta ley, que junto al Pacto Europeo por el Clima (European Climate Pact) es uno de los elementos principales del Pacto Verde Europeo (European Green Deal), supone un paso decisivo para acatar y desarrollar el contenido del Acuerdo de París[1], y podemos considerarlo como el intento definitivo de poner fin a la era de los combustibles fósiles.
La reducción irreversible y gradual de las emisiones de GEI y la mejora de los sumideros, naturales o de otro tipo, como instrumento para absorber emisiones de GEI para 2050 es un objetivo vinculante para el conjunto de los 27 países de la UE, aunque no lo es específicamente para cada uno de ellos individualmente considerado. De hecho, no resulta baladí que el borrador establezca que las medidas para lograr el objetivo “se tomarán teniendo en cuenta la importancia de promover la equidad y la solidaridad entre los Estados miembros, atendiendo a la capacidad económica y a las circunstancias nacionales de todos los miembros a la hora de establecer los objetivos cuantitativos de reducciones estatales”.
Con el fin de establecer un plan a nivel de la Unión Europea para lograr la neutralidad climática hasta el 2050, la Comisión considerará:
-rentabilidad y eficiencia económica
-competitividad de la economía de la UE
-mejor tecnología disponible, eficiencia energética, asequibilidad energética y seguridad del suministro
-equidad y solidaridad entre los Estados miembros y dentro de ellos, la necesidad de garantizar la eficacia y progresión del medioambiente a lo largo del tiempo,
-la necesidad de garantizar una transición justa y también socialmente justa,
-la evolución internacional y los esfuerzos emprendidos para alcanzar los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París y el Objetivo último de la Convención Marco de las UN sobre el cambio climático
-las mejores y recientes evidencias científicas disponibles, incluidos los últimos informes del IPCC.
FECHAS IMPORTANTES:
Septiembre de 2020: la Comisión explorará opciones para crear un nuevo objetivo de reducción de emisiones del 50 al 55% (en comparación con 1990) para 2030 que haga posible llegar al objetivo de emisiones neutras en 2050.
30 de junio de 2021: la Comisión evaluará la forma en que la legislación europea que contenga objetivos para el 2030 deberá de ser enmendada para lograr las reducciones del 50 al 55% (en comparación con 1990) y alcanzar el objetivo de neutralidad.
30 de septiembre de 2023 y cada 5 años a partir de entonces la comisión evaluará:
-los progresos colectivos realizados por todos los Estados miembros hacia la consecución del objetivo de neutralidad climática y en materia de adaptación.
-la coherencia de las medidas de la Unión con el objetivo de neutralidad climática y la adecuación de las medidas de la Unión para garantizar el progreso de la adaptación.
-la coherencia de las medidas nacionales identificadas como pertinentes para la consecución del objetivo de neutralidad climática y la adecuación de las medidas nacionales pertinentes para garantizar el progreso de la adaptación.
Asimismo, la revisión de los objetivos sobre reducción de emisiones para el 2030 se demora hasta septiembre y la aplicación legislativa hasta junio del 2021, lo que no es del agrado de los sectores más ambiciosos. Entre los que han reclamado por carta al vicepresidente ejecutivo de la Comisión, Frans Timmermans, que se acelere la presentación de un compromiso de reducción de emisiones para el 2030 más ambicioso que el actual, se encuentran los gobiernos de países como España, Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Eslovenia y Suecia. Nótese que, entre ellos, no se encuentra ninguno de los países del Este.
Mientras tanto, los jóvenes activistas climáticos deploran una estrategia que se basa demasiado en tecnologías de captura de carbono aún incipientes y no lo suficiente en una reducción drástica de las emisiones.
La batalla promete ser dura en relación con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, máxime cuando uno de los movimientos para convencer a Polonia (país que todavía extraer el 80% de su electricidad del carbón), el Fondo de Transición Justa con una dotación de 7.500 millones de euros, puede peligrar ante la crisis sanitaria y económica provocada por la Covid-19.
[1] Acuerdo de París, Art.2: mantener la temperatura global por debajo de los 2ºC