La Fábrica del Pensamiento, laboratorio de ideas del Instituto de Auditores Internos de España (IAI), ha publicado el pasado mes de marzo el informe “Auditoría Interna y la Ética Empresarial”. Partiendo de la cada vez más evidente preocupación de los stakeholders por la transparencia y la sostenibilidad en las organizaciones, este documento busca ahondar en la importancia de la ética en el entorno empresarial y el fundamental rol que la auditoría interna puede asumir en la evaluación de las buenas prácticas y, curiosamente, omite a la función dirse, máxime, si tomamos como referencia los resultados del “II Informe de la función dirse en las empresas españolas: estado de la profesión 2019” en los que se destaca cómo los temas de ética, compliance y gobierno corporativo son la segunda función más relevante con la que la empresa identifica el trabajo de los directivos de Responsabilidad Social.
Resulta curioso que el documento omita la función dirse, máxime, si tomamos como referencia los resultados del “II Informe de la función dirse en las empresas españolas: estado de la profesión 2019” en los que se destaca cómo los temas de ética, compliance y gobierno corporativo son la segunda función más relevante con la que la empresa identifica el trabajo de los directivos de Responsabilidad Social. En cualquier caso, parece claro que auditor interno y dirse deberían trabajar de la mano.
El estudio del IAI hace hincapié en los aspectos clave que un programa de ética debería tener, aportando además guías e indicaciones para que el auditor pueda elaborar un programa de monitorización que impulse el nivel ético de las organizaciones. Se subraya cómo para ello es fundamental la existencia de un “tono ético” por parte de la Alta Dirección: una apuesta por la transparencia, liderando la compañía con su ejemplo y actitud. Esta importancia del apoyo del CEO en la promoción de la RS y sostenibilidad es bien conocido por cualquier dirse, como así se destaca en muchos de los foros de debate con nuestros socios.
Partiendo de la misión original del auditor interno, proteger el valor de las organizaciones aportando aseguramiento objetivo, asesoría y conocimiento basado en riesgos, el informe señala cómo la sola voluntad de realizar autoevaluaciones en materia de gobierno corporativo ya es un buen indicador de la salud ética de una organización. El hecho de que la propia empresa esté por la labor de hacer un examen de su cultura ética demuestra un nivel de madurez que va más allá de las básicas investigaciones en materia de compliance que caracterizaban la función de auditoría interna años atrás.
Si te interesa leer más en profundidad los resultados del estudio, puedes hacerlo a través del siguiente enlace.