14 septiembre 2022
Fuente: revista Ethic
En esta segunda entrega del ciclo DIRSEÐIC, Alberto Andreu ha entrevistado a Aitor Jáuregui, responsable de BlackRock en Iberia, para entender por qué esta firma es uno de los grandes motores de la sostenibilidad en el mundo ya que gran parte de los 8,5 billones de dólares globales que gestiona se mueven con criterios ASG.
Tras la entrevista a Antonio Garamendi, presidente de CEOE que abría el ciclo DIRSE-Ethic, el presidente de DIRSE, Alberto Andreu, ha entrevistado para la segunda entrega, a Aitor Jáuregui, responsable de BlackRock en Iberia y en el que han conversado sobre los aspectos que revisten de importancia a la generación de valor a largo plazo, la regulación europea y el nuevo contexto socioeconómico que determina las prioridades empresariales.
Preguntado por el papel de la inversión sostenible y su rol para impulsar la sostenibilidad, Jáuregui sostenía que BlackRock es, en última instancia, un inversor de largo plazo que vela por el interés de sus clientes. Esto incluye, en su opinión, tener buen gobierno corporativo y gestionar los riesgos y las oportunidades medioambientales y sociales. Sin embargo, más adelante matiza: somos “inversores activos, no activistas que, aunque invertimos a largo plazo, entendemos la situación de corto plazo que estamos viviendo”.
El punto de partida en BlackRock respecto a la integración de la sostenibilidad en los procesos de inversión, llegó con la firma en 2008 de los Principios de Inversión Responsable de Naciones Unidas. A partir de ese momento, las cartas de su consejero delegado, Larry Fink, a los CEO, han ido marcando los hitos de su agenda en la materia desde la primera referencia en 2016.
La compañía es firme creyente de que la sostenibilidad, en sentido amplio, ya que aporta una mayor rentabilidad ajustada al riesgo a largo plazo. Jáuregui cita como ejemplo el año 2020 del inicio de la pandemia, cuando los mercados de renta variable cayeron dramáticamente, sin embargo, los indicadores sostenibles tuvieron una mejor rentabilidad ajustada al riesgo y un mejor retorno que los índices genéricos
El responsable de BlackRock en Iberia defiende que la compañía tiene un deber fiduciario con sus clientes, pues al ser inversores activos, lo que hacen es velar por esos intereses en el largo plazo frente a un activismo más táctico, pudiendo permanecer estratégicamente y a largo plazo invertidos en muchas compañías que forman parte de muchos índices. Añade también que, al analizar una empresa, utilizan toda la información que hay disponible, incluyendo si forman parte del Dow Jones Sustainability Index (DJSI), del FTSE o de algún otro índice.
Jáuregui explica que, al mantener encuentros con compañías, “lo primero que tratamos de monitorizar es la composición del Consejo, su calidad, los backgrounds de los consejeros… Y que a diferencia de lo que sucedía antes, ahora la sostenibilidad tiene que abordarse de forma horizontal o transversal”. Ha habido un cambio drástico a la hora de identificar si en el Comité de Dirección se habla el mismo idioma cuando se habla de sostenibilidad o si es únicamente el director de sostenibilidad el que mantiene esas posiciones. De este modo, el gobierno corporativo es, probablemente, lo primero que se analiza, antes de pasar a la A y la S al estudiar la relación de esa compañía con el clima, con el capital natural o con las comunidades en las que opera. De este modo, analizan diversos factores que se tienen que ir cumpliendo para que una compañía pueda ser capaz de cumplir su propósito y ser duradera y sostenible en el largo plazo.
Desde BlackRock entienden que la regulación ha jugado un papel fundamental para tener criterios homogéneos a la hora de analizar lo que es sostenible y lo que no, añadiendo además que, en materia de la taxonomía, la europea posiblemente sea la más avanzada. Nuestro presidente destacaba que, en estos momentos, hay 26 proyectos de taxonomía en el mundo y 6 ya en derecho normativo.
Durante la charla, Jáuregui comentaba los resultados de la encuesta a inversores institucionales de 2020, donde se les preguntaba, entre otras cosas, cuál era el principal reto al que se enfrentaban a la hora de representar e integrar la sostenibilidad en sus procesos de inversión. Los resultados no dejaron indiferente a nadie: el 53% dijo que era la escasez de métricas. Se deduce, de este modo, que en la medida en que se pueda medir realmente cuál es el impacto material, cuáles son los KPI que hay que analizar, cuál es el retorno financiero motivado por el impacto de esa compañía en la sociedad o en el medio ambiente, eso crecerá.
Desde la compañía afirman: “Todo lo que promueva la transparencia, la simplicidad de datos, lo vamos a apoyar”. Es precisamente por eso por lo que abogan por el TCFD, respecto a la homogeneidad de criterios y métricas, ya que consideran que proporciona un marco eficaz para la presentación de informes de sostenibilidad a nivel global –no solo para el clima– debido a su relativa simplicidad y coherencia. No obstante, son conscientes de que el TCFD tiene más foco en el clima, y aunque sí incluye la gobernanza relacionada con los aspectos climáticos, los aspectos sociales quedan un poco fuera. Por su parte, el CSRD tiene también en el foco lo social y la gobernanza. Jáuregui confía en que la información no financiera o de sostenibilidad llegará a ser equiparable a la información financiera en todos sus aspectos (aseguramiento, sistemas de control e información, etc.).
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El origen de BlackRock se remonta a 1988 cuando se funda con una motivación muy clara: crear una gestora de activos donde la gestión del riesgo y la tecnología sean de alguna manera la columna vertebral de toda la actividad. Y esa tecnología la han ido nutriendo y reinvirtiendo en ella a medida que la compañía ha ido creciendo orgánica e inorgánicamente.
De este modo, BlackRock sigue promoviendo en la industria de gestión de activos soluciones y estrategias para apoyar la descarbonización. Por ello, van a seguir ofreciendo soluciones de inversión a sus clientes para alcanzar esos objetivos.
El ciclo de entrevistas, conducido por el presidente de DIRSE, Alberto Andreu, se centra en conocer las opiniones de personalidades relevantes del sector empresarial en torno a temas de actualidad en materia de Sostenibilidad (ASG).